Corticoides
Cuando la sarcoidosis necesita tratamiento, el medicamento más utilizado es la prednisona u otro tipo de corticoide oral. Estos fármacos son muy efectivos a la hora de reducir la inflamación, aliviar los síntomas y prevenir daños en el organismo. Sin embargo, sólo deben tomarse en caso necesario pues pueden producir efectos adversos, como aumento de peso, osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), elevación de la presión arterial, aumento de la glucosa en sangre, úlcera de estómago y otras alteraciones.
Inmunosupresores
En algunas ocasiones, como cuando los corticoides no son suficientes o son mal tolerados, puede ser necesario utilizar otros medicamentos como los inmunosupresores, que pueden aliviar los síntomas reduciendo la actividad del sistema inmune. En algunos casos el médico recomendará utilizar ambos (corticoides e inmunosupresores). Ejemplos de estos fármacos son: Metotrexato, Cloroquina e hidroxicloroquina, Azatioprina, Leflunomida, Micofenolato mofetil, Ciclofosfamida, Antagonistas del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α por sus siglas en inglés), como el infliximab y el adalimumab, que actúan bloqueando la acción del TNF-alfa, una molécula del cuerpo que provoca inflamacion.