Lo primero conocer muy bien tu enfermedad,no tener dudas que te generen miedos. Aceptar que es un proceso con el que tienes que convivir, que tendrás momentos duros pero no castigarte por ello, ni sentirte culpable. Aprender a escuchar al cuerpo, y no forzarlo. Si durante el proceso de aceptación la situación nos sobrepasa no tener ningún tipo de duda ni vergüenza en pedir ayuda psicológica que nos ayude a abordar el proceso ya que dependiendo del caso, a veces hay que aprender a vivir con dolor, y con pensamientos negativos y esa ayuda es muchas veces necesaria. Y la respuesta es si, se puede ser feliz, desde luego, pero cuando te diagnostican una enfermedad rara, supone un cambio en tu vida y al igual que en cualquier otro cambio hay que saber adaptarse a ello.