Excesiva somnolencia diurna, ronquidos fuertes, dejar de respirar durante el sueño, despertarse repentinamente mientras jadeo o asfixia, se despertó con la boca seca y dolor de garganta, dolor de cabeza, a tener problemas de concentración, cambios de humor/cambiado, depresión, irritabilidad, presión arterial alta, sudores nocturnos y pérdida del deseo sexual.