Cuando estás sufriendo la enfermedad, no puedes comer ni orinar, mucho menos defecar, en mi caso yo estuve con sondas para todo esto. Cuando me las quitaron fue doloroso comer, por lo que me daban cosas frías y me mantenían muy hidratada.
Posteriormente volver a comer normal es una gran bendición. Yo tengo diabetes y artritis, lo cual me hace tener una dieta saludable, también soy bailarina y hago ejercicio. Esto ayuda mucho a salir adelante del trauma por dolor y cambios físicos.